sábado, 7 de agosto de 2010

BEBES

Cómo calmar el dolor de los bebés

Si se está dando de pecho, es posible que el niño tenga dolor de barriga por algo que ha comido la madre. Como en la dieta recomendada en el apartado “Tratamiento adecuado”, hay que vigilar los lácteos, el chocolate, la cafeína, el melón, el pepino, los pimientos o los zumos de frutas cítricas. Si descubres alguna de estas sensibilidades en tu hijo, debes dejar de consumir este alimento durante toda la lactancia.

Si lo que tiene tu hijo lactante son gases, también deberías eliminar la col, la coliflor, las coles de Bruselas, las judías secas, las cebollas y las legumbres.

Un exceso de alimentos crudos en la dieta de la madre puede provocar dolor abdominal en niños lactantes. Es conveniente comer mayor cantidad de alimentos cocidos que de crudos. Por otro lado, los frutos secos son uno de los mejores alimentos, ya que ayudan a formar leche materna.

En los bebés alimentados con biberón, se habrá de tener especial cuidado con diluir bien los biberones, porque de lo contrario pueden dar lugar a intensas molestias abdominales. Si con una buena dilución persisten, prueba a cambiar la marca de la papilla y dale sólo alimentos naturales.

Las sopas de cebolla o de ajo, sin grasas, calman la zona digestiva.

Para el estrés:

Haz un masaje abdominal siguiendo la dirección de las agujas del reloj con un aceite o con una crema de masaje.

Pon una bolsa de agua caliente en la barriguita. El calor es muy agradable en la zona abdominal y ayuda a relajar y calmar los músculos que puedan estar contracturados.

¿Has ayudado al niño a hacer un eructo después de comer? Los golpecitos en la espalda no son ninguna tontería si queremos avacuar un aire atrapado en el estómago.

Haz la bicicleta con el niño. Estíralo sobre la espalda y, luego, mueve sus piernas en forma de pedaleo. Esto hace que la parte final del intestino se mueva y evacue todo aquello que está produciendo dolor.

Vigila el ambiente a la hora de comer. Crea una atmósfera calmada, sin películas de tiros, ni música fuerte, ni gritos en la comida, ya que esto puede provocar una indigestión nerviosa.

El niño debe comer siempre en posición vertical.

Los lactobacilos son útiles tanto para niños como para personas adultas (ver el apartado“Tratamiento adecuado”).


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