domingo, 21 de diciembre de 2014

sábado, 20 de diciembre de 2014

viernes, 12 de diciembre de 2014

El azúcar sube más la presión que la sal


En la lucha contra la hipertensión, los dietistas normalmente suelen reducir la sal de las comidas (de tres a seis gramos de sal al día es la cantidad óptima para la salud) como medida preventiva. Un nuevo estudio estadounidense desmiente este remedio, apuntando directamente hacia el azúcar, sobre todo a la fructosa. El trabajo ha sido publicado en la revista Open Heart.

La sacarosa o azúcar de mesa, es un disacárido compuesto por dos monosacáridos: glucosa y fructosa. La sacarosa es un ingrediente común en los alimentos procesados industrialmente, pero no es tan común como otro edulcorante: el sirope de maíz (fructosa); es el edulcorante más utilizado en los alimentos procesados - particularmente en las bebidas de frutas y refrescos-.

Según la investigación, un alto consumo de azúcar demostró que aumentaba significativamente la tensión sistólica y la presión arterial diastólica en los ensayos de 8 semanas o de más duración. Así las personas que consumen el 25% o más de calorías de azúcar tienen casi tres veces mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, según esta investigación e incluso dosis moderadas de azúcar en cortos períodos de tiempo pueden causar daños.

El consumo excesivo de fructosa aumenta la frecuencia cardíaca, el gasto cardíaco, la retención renal de sodio y la resistencia vascular; todos ellos pueden interactuar para elevar la presión arterial y aumentar la demanda de oxígeno del miocardio. Sin embargo, la ingesta de azúcares de origen natural (como los de las frutas) no solo no es perjudicial sino que es beneficioso para el organismo.

“Reducir el consumo de azúcares añadidos al limitar los alimentos procesados sería un buen lugar para empezar”, explica James DiNicolantonio, coautor del estudio.


FUENTE: Notiultimas 

martes, 9 de diciembre de 2014

martes, 2 de diciembre de 2014

miércoles, 12 de noviembre de 2014

CANCER Y DIETA VEGANA

Mujer afirma que curó su cáncer siguiendo una dieta vegana y bebiendo zumos

Publicado: 12 nov 2014 | 14:54 GMT Última actualización: 12 nov 2014 | 14:54 GMT
Una mujer australiana a la que los médicos le dijeron hace nueve años que apenas le quedaban unos meses de vida afirma que logró curar su cáncer simplemente siguiendo una dieta vegana.
En 2005, los médicos informaron a Kristine Matheson que debido al cáncer que padecía le quedaban entre seis y doce meses de vida. Le detectaron tumores en los pulmones y ganglios linfáticos y le comunicaron que no podrían operarla. Han pasado nueve años desde entonces y Matheson continúa con vida. Afirma que lo ha conseguido siguiendo una dieta vegana y bebiendo zumos naturales. 

"Mi marido superó un cáncer que tuvo cuatro años antes de conocernos, en 1984, y me recomendó seguir una terapia natural", explicó la australiana, de 64 años de edad, según cita el diario 'The Daily Mail'. 

Matheson ya era vegetariana cuando comenzó este tratamiento especial, pero decidió dejar de tomar azúcar, café, alcohol, productos lácteos, levadura y cualquier alimento fermentado.  

Más adelante llevó a cabo durante 28 días una dieta a base de jugos, sopas e infusiones para limpiar su organismo. Después decidió seguir una dieta compuesta en un 80% por alimentos crudos. También practicaba meditación y señala que tenía siempre presente pensamientos positivos. Aproximadamente un año después los doctores le confirmaron que estaba libre de cáncer. 

Actualmente organiza seminarios junto con su marido. Además, recientemente publicó un libro sobre cómo consumir ciertos alimentos puede ayudar a superar un cáncer.  
 
Sin embargo, algunos oncólogos están en contra de este tipo de dietas. 

"Obviamente estoy contento de que esté bien, pero creo que todo el mundo tiene que tener en cuenta todos los tratamientos que hay disponibles", señaló el director ejecutivo del Consejo para el Cáncer en Australia, Ian Olver. 

"Ella ha contado su historia, y eso está muy bien, pero extrapolarla e ir diciendo que todo el mundo debería olvidarse de los tratamientos de cáncer probados y cambiar de dieta es peligroso", recalcó. 



FUENTE: RT

SISTEMAS DEL CUERPO HUMANO
























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domingo, 9 de noviembre de 2014

GRASAS

La comunidad médica reconoce su error: las grasas no son el problema

Una de cada tres personas muere de una enfermedad cardiovascular, y la ciencia médica llevaba 50 años equivocada sobre las causa.


Las grasas no son las culpable de todo. | Cordon


MÁS INFORMACIÓN EN VÍDEOSLa ciencia médica se corrige a sí misma, con mayor o menor rapidez. A la iglesia le costó 350 años reconocer que la tierra no era el centro del universo. Sin embargo, en solo 50 años, la comunidad médica empieza a aceptar que la grasa no es la principal causa, ni de los ataques al corazón, ni de ese flotador alrededor de tu cintura.
Según la propia portavoz de la American Heart Association "ya no creemos que las dietas bajas en grasa sean la respuesta". En septiembre de este año se publica un estudio en el National Institutes of Health en EEUU, en el que se divide a 148 personas sanas en dos grupos. Un grupo sigue una dieta baja en grasas. El otro, una dieta baja en carbohidratos y alta en grasa y proteína.
Pasa un año, y contrariamente a lo que la mayoría de los médicos podrían esperar, estos son los resultados:
  • Los participantes que siguieron una dieta baja en carbohidratos y alta en grasa y proteína perdieron más peso que los del grupo con la dieta baja en grasa.
  • No solamente peso, sino que los de la dieta baja en carbohidratosperdieron más grasa en proporción, y conservaron o ganaron masa muscular, mientras que los de la dieta baja en grasa perdieron músculo.
  • Los dos grupos redujeron sus niveles de colesterol en sangre, pero los de la dieta baja en carbohidratos redujeron su nivel de triglicéridos y aumentaron su nivel de colesterol HDL (el bueno).
  • La fórmula de Framingham calcula el riesgo de sufrir un ataque al corazón en los próximos 10 años. Los participantes que siguieron una dieta baja en carbohidratos y alta en grasa y proteína vieron reducido su riesgo, mientras que los que siguieron una dieta baja en grasa, no.
La importancia de este estudio es monumental. Se está desmontando pieza a pieza la hipótesis lipídica, una teoría que la ciencia médica asumía sin reservas como verdadera, y que es la causa de que exista comida baja en grasa en el supermercado, y en última instancia, de que la gente esté más gorda y más enferma.

La falacia de la hipótesis lipídica

La hipótesis lipídica nació en los años 70, cuando los casos de infartos cardíacos estaban multiplicándose en EEUU. Aunque es más compleja, se puede resumir en la frase siguiente:
"Hacer que baje el colesterol en sangre reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares."
Cuando se habla de enfermedad cardiovascular se piensa siempre en la arteriosclerosis. Consiste en la formación de placas en las paredes de las arterias. Si las placas son grandes, los vasos sanguíneos terminan por obstruirse. Si se corta el riego sanguíneo a un tejido durante más de cinco minutos, el tejido muere. Es al final lo que le ocurre al corazón durante un infarto: parte del músculo cardíaco muere por falta de riego.
Pero ¿por qué se forman placas en las arterias? Aunque no se comprende totalmente, se sabe que hay una acumulación en las paredes de los vasos de lipoproteínas de baja densidad (LDL), que transportan colesterol. Estas moléculas se oxidan, y son atacadas por los glóbulos blancos. Si no llegan a tiempo las lipoproteínas de alta densidad (HDL) a limpiar el estropicio llevándose la grasa, se forma una placa de glóbulos blancos muertos, colesterol y cristales de calcio. Esta acumulación es la que obstruye la arteria.
Es decir, el problema surge cuando hay altos niveles de colesterol en forma de LDL, y bajos niveles de colesterol en forma de HDL. El colesterol no es malo por sí mismo, es una molécula esencial para el funcionamiento de tu organismo.
¿Cuál fue la respuesta en los años 70? Pues si el problema es el colesterol, la solución es hacer que baje el colesterol en sangre. Para conseguir esto, hay que comer menos comida con colesterol (grasas saturadas) y así habrá menos colesterol en sangre. Como dijo Mencken, "para cada problema complejo, existe una solución que es simple, elegante y equivocada". La hipótesis lipídica es todo eso.
El principal artífice de la hipótesis lipídica es el investigador de Minnesota Ancel Keys, autor del llamado "estudio de los siete países" un estudio con cohortes (grupos) a lo largo de 15 años en EEUU, Grecia, Finlandia, Italia, Holanda, la entonces Yugoslavia y Japón.
Este estudio está lleno de trampas: desde seleccionar los países donde los datos salían favorables a la teoría, y descartar los que no, hasta ignorar otros factores de riesgo, como el consumo de azúcar, tabaco o alcohol. Durante los cuarenta años siguientes, surgieron tantosestudios a favor como en contra, pero los que apoyaban la hipótesis lipídica se citaban seis veces más.
La hipótesis lipídica también justifica la existencia de las estatinas, los medicamentos más vendidos del mundo, y que son las famosas pastillas para hacer descender el colesterol.
Estas conclusiones se convirtieron casi en un dogma, y cuando un paciente acudía a la consulta con el colesterol LDL alto, y por tanto con riesgo de padecer arteriosclerosis, la receta era siempre la misma: nada de embutido, ni huevos, ni mantequilla, ni leche entera, ni queso, ni carne roja, y tome esta dosis diaria de estatinas durante el resto de su vida.
La hipótesis lipídica hace aguas por todos lados:
¿Quieres cuidar de tu corazón y adelgazar? Deja los cereales de desayuno. Come huevos con bacon.

No mueras de un ataque al corazón, anda

Si la grasa no es culpable, ¿qué tenemos que hacer para reducir el riesgo de morir de un ataque al corazón? Muchos de los consejos habituales siguen siendo válidos, y hay otros nuevos:


FUENTE: Libertad Digital















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miércoles, 5 de noviembre de 2014

sábado, 1 de noviembre de 2014

miércoles, 29 de octubre de 2014

PREVENCIÓN CÁNCER DE OVARIO

El té y los cítricos están relacionados con un menor riesgo de cáncer de ovario

Un estudio sobre la salud de 172.000 mujeres británicas durante tres décadas refleja la influencia de la dieta en esta enfermedad


Un estudio sobre la salud de 172.000 mujeres británicas, durante más de 30 años, concluye que la ingesta habitual de té y de cítricos está relacionada con un menor riesgo de cáncer de ovario. Así lo reflejan investigadoras de la Universidad de Anglia del Este (Inglaterra), que consideran que pequeños cambios en la dieta pueden producir ese beneficio.




Dos tazas de té negro al día reducen el riesgo de cáncer de ovario, según la investigación. Fuente: Wikipedia.
Dos tazas de té negro al día reducen el riesgo de cáncer de ovario, según la investigación. Fuente: Wikipedia.
El té y los cítricos en forma de fruta y de zumo están asociados con un menor riesgo de desarrollar cáncer de ovario, según un nuevo estudio de la Universidad de Anglia del Este (Norwich, Inglaterra).

La investigación, publicada hoy, revela que las mujeres que consumen alimentos que contienen flavonoles y flavononas (dos subclases de flavonoides dietéticos) disminuyen significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de ovario epitelial.

El equipo de investigación estudió los hábitos alimenticios de 171.940 mujeres de edades comprendidas entre 25 y 55 años durante más de tres décadas, y descubrió que las que consumieron alimentos y bebidas con alto contenido de flavonoles (que se encuentran en el té, el vino tinto, las manzanas y las uvas) y flavononas (en frutas y zumos de cítricos) eran menos propensas a desarrollar la enfermedad.

Aedin Cassidy, del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de Norwich de dicha Universidad, dirigió el trabajo y señala, en la nota de prensa: "Este es el primer estudio a gran escala que analiza si la ingesta habitual de diferentes flavonoides puede reducir el riesgo de cáncer de ovario epitelial".

Dos tazas de té negro

"Las principales fuentes de estos compuestos incluyen té y cítricos, que se incorporan fácilmente a la dieta, lo que sugiere que cambios sencillos en la ingesta de alimentos podrían tener un impacto en la reducción del riesgo de cáncer de ovario", añade.

"En particular, nada más que un par de tazas de té negro al día se asoció con una reducción del 31 por ciento en el riesgo", señala Cassidy.

La investigación ha sido la primera en relacionar exhaustivamente las seis principales subclases de flavonoides presentes en la dieta normal con el riesgo de cáncer de ovario, y la primera en investigar el impacto de los polímeros y antocianinas.

El estudio ha sido dirigido, además de por Cassidy, por Shelley Tworoger, de la Escuela Médica de Harvard, en Boston (EEUU). Los datos se derivan del Nurses' Health Study, un estudio de larga duración sobre la salud de las enfermeras británicas.

Referencia bibliográfica:

Aedín Cassidy, Tianyi Huang, Megan S Rice, Eric B Rimm, y Shelley S Tworoger: Intake of dietary flavonoids and risk of epithelial ovarian cancerAmerican Journal of Clinical Nutrition (2014). DOI: 10.3945/​ajcn.114.088708.



FUENTE: TENDENCIA21














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