domingo, 22 de agosto de 2010

Los Aditivos Alimenticios


Un aditivo alimentario es toda sustancia que, sin constituir por sí misma un alimento ni poseer valor nutritivo, se agrega intencionadamente a los alimentos y bebidas en cantidades mínimas con objetivo de modificar sus caracteres organolépticos o facilitar o mejorar su proceso de elaboración o conservación.

Ciencia al Cubo


Hablando con científicos



El Barrio










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sábado, 7 de agosto de 2010

BEBES

Cómo calmar el dolor de los bebés

Si se está dando de pecho, es posible que el niño tenga dolor de barriga por algo que ha comido la madre. Como en la dieta recomendada en el apartado “Tratamiento adecuado”, hay que vigilar los lácteos, el chocolate, la cafeína, el melón, el pepino, los pimientos o los zumos de frutas cítricas. Si descubres alguna de estas sensibilidades en tu hijo, debes dejar de consumir este alimento durante toda la lactancia.

Si lo que tiene tu hijo lactante son gases, también deberías eliminar la col, la coliflor, las coles de Bruselas, las judías secas, las cebollas y las legumbres.

Un exceso de alimentos crudos en la dieta de la madre puede provocar dolor abdominal en niños lactantes. Es conveniente comer mayor cantidad de alimentos cocidos que de crudos. Por otro lado, los frutos secos son uno de los mejores alimentos, ya que ayudan a formar leche materna.

En los bebés alimentados con biberón, se habrá de tener especial cuidado con diluir bien los biberones, porque de lo contrario pueden dar lugar a intensas molestias abdominales. Si con una buena dilución persisten, prueba a cambiar la marca de la papilla y dale sólo alimentos naturales.

Las sopas de cebolla o de ajo, sin grasas, calman la zona digestiva.

Para el estrés:

Haz un masaje abdominal siguiendo la dirección de las agujas del reloj con un aceite o con una crema de masaje.

Pon una bolsa de agua caliente en la barriguita. El calor es muy agradable en la zona abdominal y ayuda a relajar y calmar los músculos que puedan estar contracturados.

¿Has ayudado al niño a hacer un eructo después de comer? Los golpecitos en la espalda no son ninguna tontería si queremos avacuar un aire atrapado en el estómago.

Haz la bicicleta con el niño. Estíralo sobre la espalda y, luego, mueve sus piernas en forma de pedaleo. Esto hace que la parte final del intestino se mueva y evacue todo aquello que está produciendo dolor.

Vigila el ambiente a la hora de comer. Crea una atmósfera calmada, sin películas de tiros, ni música fuerte, ni gritos en la comida, ya que esto puede provocar una indigestión nerviosa.

El niño debe comer siempre en posición vertical.

Los lactobacilos son útiles tanto para niños como para personas adultas (ver el apartado“Tratamiento adecuado”).


PLANTAS MEDICINALES

La manzanilla es, sin lugar a dudas, la primera planta que debemos elegir para el dolor abdominal, a partir de los 40-60 días de vida. En los lactantes se preparará la infusión diluida, administrándola a cucharaditas, mientras que en las personas mayores se pondrán una o dos bolsitas, o bien, de una a dos cucharaditas de la planta por taza de agua y se tomarán dos o tres veces al día. Tiene un notable efecto relajante y alivia las flatulencias.

El hinojo, el anís o la alcaravea son plantas carminativas y están más indicadas cuando el problema principal son los gases. Se toman solas o en combinación con otras plantas digestivas y hepáticas, como la manzanilla o el boldo. Las plantas carminativas, de muy agradable sabor, estimulan, además, la producción de leche, por lo que estarán indicadas en los cólicos del bebé y de la madre.

La menta o el poleo menta son, en cambio, estimulantes digestivos; es decir, aumentan la secreción gástrica y facilitan las indigestiones debidas a déficit de funcionamiento del sistema digestivo. En aquellos casos en que no parecemos digerir o se nos repite la comida constantemente, pueden estar indicadas las plantas de la familia de la menta.

El palo de regaliz es un remedio singular y de muy agradable sabor para la gastritis y la acidez. Por su acción similar a la hormona aldosterona, no se recomienda su uso en la infancia o en grandes cantidades ni durante largos periodos de tiempo, ya que podría subir la tensión arterial y provocar retenciones de líquidos. Si padeces alguno de estos problemas, consulta con un profesional acerca de la idoneidad de la regaliz.

Todas las plantas aromáticas utilizadas en cocina participan de una acción digestiva: el romero, para el hígado; el tomillo, la mejorana y la ajedrea, para los empachos; la albahaca y el estragón, como plantas sedantes digestivas.

EL TRATAMIENTO ADECUADO


No sólo es importante lo que comemos sino también cómo lo hacemos. Éstas son algunas recomendaciones.

Dieta adecuada. Los lácteos, el chocolate, la cafeína, el melón, el pepino, los pimientos o jugos, especialmente de frutas cítricas, pueden ser los causantes de problemas. Si descubres alguna de estas sensibilidades, debes dejar de consumir este alimento.

En caso de tener gases, también debes evitar la col, la coliflor, las coles de Bruselas, las judías secas, las cebollas y las legumbres en general.

Los alimentos crudos estimulan el peristaltismo intestinal. Si tienes pinchazos en la barriga o contracturas, no debes consumir muchos alimentos crudos. Se recomienda hasta un 70% de alimentos cocidos y el resto, crudo. La compota de manzana y el arroz hervido con ajo y cebolla son excelentes. También las sopas de cebolla o de ajo, ya que tienen acción calmante de la zona digestiva. Ahora bien, han de ser sopas sin grasas, sin queso y sin aditivos.

Dolor por estrés. Ponte una bolsa de agua caliente en el abdomen. También puedes pedir que te hagan un masaje abdominal siguiendo la dirección de las agujas del reloj con un aceite o crema de masaje. El calor de la mano, unido a la suave presión, obra maravillas en los dolores, especialmente cuando son de tipo espástico.

Crea un ambiente calmado a la hora de comer. Quien come con problemas, luego lo que se le indigestan son los problemas, no la comida.

Para que baje el alimento, se ha de comer en posición vertical.

Suplementos. Los microbios del yogur y sus diferentes cepas son un excelente método para mejorar la flora intestinal y aliviar los problemas digestivos. Los lactobacilos son útiles incluso en los niños, aunque para que actúen de verdad, se habrá de cambiar algo la dieta, haciéndola más fermentativa, incluyendo frutas, verduras, legumbres y cereales, y menor cantidad de proteína. Lactobacilos acidófilos, bífidus, Casei activitas y otras cepas son útiles en la regularización de la flora, y ninguna ha demostrado superioridad sobre las demás.

Los comprimidos de carbón vegetal tienen una notable acción absorbente, por lo que neutralizan los gases y las toxinas del sistema digestivo y reducen considerablemente las flatulencias. Las podemos conseguir en cápsulas y tomar dos o tres al día fuera de las comidas.

EL SINDROME DEL COLON IRRITABLE

Merece un apartado especial en el dolor de barriga el llamado “síndrome del colon irritable”, no sólo porque es una patología bastante crónica, sino por el aumento de casos –o de diagnósticos– que se está produciendo en la actualidad. En el colon irritable se mezcla un componente físico, de tipo alérgico, con uno psíquico de ansiedad o irritabilidad, lo que hace que muchos médicos la cataloguen como una enfermedad funcional. Como no se descubre nada que pueda ser la causa del problema, se suele achacar simplemente a los nervios. Los síntomas que presenta son fuertes dolores de barriga, que se alivian al ir al lavabo; meteorismo, diarrea –con frecuencia alternada con estreñimiento–, fatiga, heces con mucosidad y malestar general, sobre todo en las primeras horas del día.

Al colon irritable se le suelen asociar enfermedades como depresión, ansiedad, fibromialgia, fatiga crónica… Como se trata de un proceso con una base posiblemente alérgica, lo primero que se ha de hacer es respetar unas exclusiones dietéticas que incluyen alimentos como el trigo, los lácteos, el chocolate, el té, el café o la cafeína, la bollería, los alimentos refinados o muy procesados, frutas secas o confitadas –por su posible contenido en sulfitos–, azúcar blanco, fritos, bebidas gaseosas o sopas de sobre. Además, hay que tener cuidado en reducir los contaminantes en nuestros alimentos, especialmente conservantes, colorantes y aditivos alimentarios en general.

LOCALIZACIÓN DEL DOLOR

La mayoría de los dolores simples del abdomen están localizados en la parte central, alrededor del ombligo, y suelen estar relacionados con espasmos intestinales localizados, sin que afecten a órganos importantes. Los dolores situados fuera de esa zona pueden deberse a la afección de alguno de los órganos más importantes que ocupan el abdomen.

En la parte superior derecha tenemos el hígado y la vesícula; en la parte superior, por debajo de la espada del esternón, se localiza el estómago, punto donde suele doler la gastritis. En la superior izquierda está el bazo, que generalmente no se palpa ni molesta; mientras que en la parte baja, en las fosas iliacas, tenemos, a ambos lados, los ovarios, y en la parte central, la vejiga urinaria.

La característica del dolor es otro factor a tener en cuenta, pues un dolor abdominal provocado por una inflamación interna –apendicitis, diverticulitis, colecistitis, pancreatitis, etc.–, suele irse agravando conforme pasan los días. Además, empeora si aumentamos la presión intestinal, como sucede al sonarnos la nariz, al toser o con el hipo.

- La apendicitis provoca dolor en la parte baja del abdomen derecho, produciendo una diferencia de temperatura entre la axila y el recto de más de un grado, y con el signo de Blumberg positivo. Éste consiste en presionar el abdomen profundamente en la parte contraria y soltar de forma brusca la presión, estableciendo como una onda que circula por el abdomen. En la apendicitis, este signo es bastante doloroso.

- El dolor cólico nervioso es muy frecuente, especialmente en niños, adolescentes y en personas con ansiedad. En los niños puede ser debido a varias causas, entre las que citaremos:

- Alergia a la leche o intolerancia a la fórmula láctea en bebés.

- Espasmos de color.

- Sistema digestivo o nervioso inmaduros e hiperactivo.

- El estrés que se transmite a través de los miembros de la familia. Este tipo de dolor se calma bastante con manzanilla y anís, pero, sobre todo, con medidas de control de los ruidos.

- Síntomas gripales. Muchas enfermedades causadas por virus pueden afectar al abdomen y provocar dolor. Aunque la mayoría de veces relacionamos gripe con síntomas respiratorios –por afección de la mucosa respiratoria–, en muchos casos el problema se localiza en la mucosa digestiva. Suelen ser dolores de barriga acompañados de náusea que se alivian en pocas horas o días y que coincide con el transcurso de una época de prevalencia de gripe.

- Indigestión. A menudo, el dolor de barriga está relacionado con lo que hemos comido: café, chocolate, colas… Contienen cafeína y pueden provocar dolor de barriga en personas sensibles. Los alimentos flatulentos cursarán, además, con presencia de gases, o sea, con abundante ruido intestinal.

- Síntomas urinarios. El dolor abdominal acompañado de problemas urinarios, como urgencia excesiva en la micción o sensación de no haber vaciado la vejiga, o presencia de sangre en la orina, pueden relacionarse con una infección o un cólico renal, que deberían ser evaluados por un médico.

- Dolor ginecológico. Los dolores de la menstruación son muy habituales en muchas niñas y mujeres y, generalmente, son de tipo espástico, por contracturas internas. Antes de que venga la primera regla, es frecuente sufrir estos dolores, que no se identifican como tales al producirse antes de la menarquia.

- Un dolor muy intenso y repentino nos lleva a pensar en un espasmo o en un problema más grave, como un cólico, provocado por obstrucción del conducto biliar o renal, aunque también podría tratarse de una trombosis.

- En la gastritis, el dolor es epigástrico; o sea, está situado a las 12 horas en el reloj del abdomen, y suele ceder con el consumo de alimentos suaves, mientras que empeora con el alcohol, el café, las grasas y, especialmente, con el estrés. La evolución de la gastritis es hacia la úlcera gástrica o duodenal, un problema de mayor entidad que comporta hemorragia digestiva, la cual se manifiesta frecuentemente en forma de heces oscuras, con sangre digerida, que le dan un color de morcilla negra.

La gastritis y la úlcera duodenal son problemas muy relacionados, no sólo con la alimentación moderna, sino con la forma de vida. El estrés provoca aumento de secreción de ácidos gástricos y reducción de los factores de protección de la mucosa y, generalmente, es un problema repetitivo e insidioso que persiste al cabo de los años.

- En el cólico biliar el dolor se inicia en el cuadrante superior derecho y alterna momentos de dolor de gran intensidad con otros en que parece calmarse notablemente. Un cólico biliar nos indica que hay piedras en la vesícula, o bien puede tratarse de barro o arenilla. Se han relacionado los cólicos biliares con la obesidad y con el consumo de una dieta pobre en fibra, por lo que si queremos reducirlos, deberíamos cambiar nuestra alimentación y perder peso.

- El cólico renal o piedras en el riñón, es más difícil de confundir con un dolor abdominal típico, dado que se localiza, sobre todo, en la parte baja de la espalda, y la percusión en ese punto es bastante dolorosa. En estos casos, además de los calmantes, cabe esperar que los dolores se repitan en un plazo de 10 o 15 días, mientras la piedra viaja desde el riñón hasta la salida urinaria. El calor local suele aliviar algo el cólico, como los baños de asiento con agua caliente; sin embargo, a menudo el dolor es tan intenso que resulta bastante difícil pasarlo sin una buena dosis de analgésicos. Un gran número de personas que padecen cólicos renales no tienen la costumbre de beber mucha agua. Hay que recordar que éste es un factor primordial, no tanto para que se disuelvan las piedras como para que no se formen con tanta facilidad.

- La diverticulitis o presencia de divertículos intestinales suele dar molestias mucho más crónicas, que se sitúan, sobre todo, de ombligo para bajo, y más en la izquierda que en la derecha, ya que en esa zona hay más divertículos del colon. Cuando un divertículo se inflama, produce un dolor sordo e intenso que no suele calmarse con las medidas habituales. En general, se localiza más en la parte baja del abdomen, donde suelen encontrarse los divertículos. La presencia de éstos se asocia con el estreñimiento y con una dieta pobre en fibra. Es posible que dentro de los divertículos se acantone una cierta cantidad de heces duras, que difícilmente pueden salir. Al permanecer allí durante largo tiempo, producen el proceso inflamatorio que caracteriza esta patología.


GASES


Especialmente en la primera infancia y en personas nerviosas, los gases pueden tener un paso doloroso a través de un intestino algo contracturado. Es una de las causas más frecuentes del dolor o cólico del bebé, y no sólo se refiere a gases que no salieron por abajo, sino a los que se deberían haber expulsado con un eructo.

La disociación buco-rectal es una de las características de las enfermedades inflamatorias del abdomen y consiste en que la temperatura de la mucosa bucal o rectal habría de ser la misma, o casi. En las afecciones importantes del bajo abdomen, la temperatura rectal es más elevada –de 1 a 1,5 grados– que bucal. Poner el termómetro en la boca y, luego, dentro del ano, nos ayudará a evaluar mejor un dolor de barriga.








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PROBLEMAS DIGESTIVOS



Para saber si estamos ante un problema de estómago leve o grave y actuar en consecuencia, es muy importante localizar el punto exacto del dolor. Texto: Josep Lluís Berdonces

Hay pocos síntomas tan comunes como el dolor de barriga. Todos lo hemos padecido numerosas veces en la vida y, aunque en muchas ocasiones responde a causas pasajeras, frecuentemente alimentarias, no por ello dejamos de hacernos las preguntas: ¿será apendicitis?, ¿tendré un tumor? o ¿es sólo un empacho? En este artículo pretendemos proporcionar las claves para distinguir y tratar un dolor de barriga y, sobre todo, para saber cuándo deberíamos acudir al médico.

El sistema digestivo es el que ocupa la mayor parte del abdomen y, aunque a veces no sea la causa del dolor, la digestión suele verse afectada cuando padecemos dolor abdominal. Por eso es tan importante valorar los síntomas que afectan a la esfera digestiva.

Hemos de tener en cuenta que el sistema digestivo empieza en la boca y acaba en aquel orificio donde la espalda pierde su buen nombre. Por ello la calidad y frecuencia de la defecación es un elemento imprescindible para valorar correctamente un problema del aparato digestivo. Así pues, lo primero que se valorará en un dolor de barriga es el correcto funcionamiento del sistema digestivo –apetito, calidad de la digestión, hábitos de ir al lavabo…–, ya que cualquier problema que altere su función normal es, en principio, más preocupante que cuando ésta no se encuentra afectada.

Dice una máxima médica de la antigüedad que mientras en el cerebro ha de haber fresco, en la barriga tiene que haber calor; de ahí que tan sólo poner las manos suavemente encima de la barriga ya calme tantos dolores. Y mientras que en el cerebro ha de haber quietud, en la barriga debe haber movimiento (base del tránsito intestinal). Estas dos bases, calor intestinal y movimiento continuo, son necesarias para el buen funcionamiento del sistema digestivo.


VOMITOS, DIARREA Y ESTREÑIMIENTO

Podemos dividir el abdomen en tres partes: la superior, que corresponde al estómago e hígado; la zona alrededor del ombligo, donde tenemos básicamente intestinos, y la parte de las ingles, cuyo dolor se puede relacionar con los órganos más bajos, como ovarios, riñones, vejiga o apéndice. También podemos dividirlo en cuatro partes, trazando una línea horizontal y otra vertical partiendo del ombligo como centro.

La duración del dolor es importante, puesto que la mayoría de los dolores banales tienen una duración limitada, ocasionalmente no más allá de 24 horas. Por lo tanto, todo dolor digestivo que dure dos días o más tiempo debería ser evaluado por el médico.

Los vómitos no son síntoma de especial gravedad, sobre todo en los niños, y muchas veces se suelen presentar al principio de los problemas digestivos. Eso sí, un episodio de vómitos que dure más de 24 horas deberá ser mejor evaluado. Y lo mismo podemos decir del contenido de los vómitos: si se trata de alimentos, no pasa nada, pero si son amarillos, verdosos, negruzcos o con sangre, se deberá avisar al médico.

La presencia de diarrea puede ser en sí la causa única de dolor abdominal, por lo que, en este caso, la prudencia de esperar un poco también se impondrá. Una diarrea de más de tres días, por ejemplo, es preocupante y cualquier resto de sangre en las heces es argumento suficiente para ir al médico.

El estreñimiento también puede ser causa en sí de dolor abdominal y, muchas veces, responde a un tratamiento dietético adecuado. Un estreñimiento muy importante nos puede hacer sospechar de una obstrucción intestinal, y si un individuo no está habitualmente estreñido y le duele mucho el abdomen, nos hará sospechar de que se trata de un problema de mayor gravedad.

Al igual que el estreñimiento, la diarrea también es capaz de producir dolor de barriga. Muchas veces este dolor viene incluso antes de que aparezca el proceso diarreico, que puede empezar con náuseas y malestar digestivo inespecífico. La diarrea es un síntoma en general benigno del sistema digestivo, destinado esencialmente a limpiar la casa por dentro. El tratamiento de una diarrea será casi siempre de tipo dietético, y excepto en contadas diarreas infecciosas, parasitarias o de tipo sistémico –como en el caso del colon irritable–, no necesita el uso de ningún otro medicamento aparte de la dieta astringente.