Desde Claude BERNAD en su libro, se nos muestra el cuerpo como una unidad interna, se nos dice que funciona como un todo, pero justamente desde Claude Bernad y su aplicación del método científico en Medicina, hemos comenzado a estudiar al hombre por partes, células, órganos, aparatos, sistemas y, queramos o no, lo hemos estudiado así.
Un profesor de esta Facultad, Conde Andreu (1.931), uno de los primeros naturistas españoles, nos recuerda que para obtener una nueva visión del organismo tenemos que convencernos de que la anatomía y fisiología la hemos de contemplar desde otros puntos de vista que los que actualmente manejamos en medicina. Nos dice "En el organismo, cada función influye en todas las demás y depende de todas las demás. La actividad vital es un proceso continuo; he aquí el principio de la unidad funcional".
Unos años antes de este discurso de Conde Andreu, en 1.929, Canon había propuesto su teoría de mecanismos de homeostasis como "la tendencia a equilibrar el medio interno con independencia del exterior".
Las constantes que mantienen los organismo vivos no son estáticas, sino estados de equilibrio dinámico, por cuanto los seres vivos son sistemas abiertos, sometidos a intercambios continuos de materia y energía con el medio externo, que tienden a alterar el valor de las constantes. Con esto, ROSEMBUETH A. (1,963) abre la fisiología humana y el estudio del organismo a la teoría general de sistemas. Nuestro cuerpo mantiene sus constantes con un equilibrio interno que a su vez depende del equilibrio externo.
La teoría general de sistemas sigue encajando hoy día en la explicación de lo que sería la vis medicatrix romántica (Casado Martín, 1.985).
El organismo constituye un sistema a nivel de organización propio, integrado por subsistemas (células, tejidos, órganos, aparatos o sistemas de órganos) con un comportamiento global que no se explica por la suma de las partes.
El proceso de curación o vis medicatrix coincide en este caso con la autopreservación equifinal de Bertalanffy (1.979); los seres vivos son sistemas semiabiertos pero dotados de dispositivos de autocontrol que le dan estabilidad o capacidad de volver al estado estable ante una perturbación.
De estos dos razonamientos, podemos derivar :
1) Respecto a la individualidad, cada ser humano es único en su constitución somática y psíquica, o que formaría un sistema de identidad propio, formado a su vez por otros sistemas inmunológico, genético, endocrino, termorregulador, conductual.
2) Inseparabilidad del hombre de su medio ambiente, por tanto, el medio ambiente y la conducta humana son parte del equilibrio de este sistema. Sobre todo el mundo microbiologico que nos rodea como parte de ese equilibrio.
Con esta base, el concepto de la vis medicatrix entra de lleno en el concepto actual de salud.
Los síntomas de la enfermedad se presentan con reacciones orgánicas que intentan restaurar un equilibrio perdido a todos los niveles.
Conocer a fondo los signos y síntomas, las reacciones orgánicas, la biología, fisiología, patología general y, en general, los mecanismos de la salud y enfermedad.
Las reacciones que los medios, plantas, medicamentos, tienen en el cuerpo, en la salud y en la enfermedad, por supuesto que nos van a ayudar a ser mejores médicos; conocer y respetar un mecanismo o la yatrogenia de nuestra intervención, nos puede hacer tomar una u otra actitud ante el enfermo.
No se trata de confiar en una vis medicatrix mágica y desconocida, sino que se trata de confiar en lo que conocemos e intentar descubrir o aprender lo que desconocemos y, ante el desconocimiento, actuar con humildad y respeto ante el enfermo y ante los que pueden saber más que nosotros (que nos lo tendrán que demostrar convenciéndonos racionalmente, enseñándonos).
Ejemplos de autorregulación:
- El pecho de la madre adaptándose a las necesidades vitales del niño.
- Todos los mecanismos de regulación interna e interna-externa dependen del factor tiempo.
- Adaptación del cuerpo al esfuerzo, a la profundidad, a la altura.
- Adaptación de la piel a la luz solar.
- Osificación después de una fractura.
- La capacidad de adaptación del ojo humano.
- Adaptación al frío o al calor: termorregulación-fiebre (Xabier Uriarte, 1.992)
- Mecanismos contra infección: fiebre, astenia, anorexia, aumento de las secreciones mucosas, tos, vómito, diarrea.
- El dolor, la impotencia funcional.
- El efecto placebo, mecanismos endorfinas.
- Las benzodiazepinas naturales.
Ante todo esto surge cómo conocer y poner en marcha estos mecanismos de autorregulación, cómo entrenarlos y aumentar su capacidad.
La terapia naturista va a tener una función importante siempre que intentemos técnicas que ayuden a estos mecanismos autorreguladores o técnicas de higiene de vida y costumbres que mantienen en buen estado la capacidad vital de nuestro organismo o del organismo de nuestro paciente.
Por ello vamos a diseñar lo que serían: hábitos saludables para el individuo: ejercicio, alimentación, reposo adecuado, contacto con los elementos naturales; todas las actitudes que favorezcan la capacidad de nuestro cuerpo de responder ante modificaciones que se le presenten, es decir, la capacidad de responder ante la enfermedad.
Dice el Dr. Eduardo ALFONSO (1.939):
"No hay verdaderas funciones patológicas, sino que cuantos mecanismos y fenómenos se observan en la enfermedad tienen su representación en el estado de salud, variando sólo el ritmo o la intensidad con que se producen. Hay que emplear como medios terapéuticos los mismos que sostienen las funciones normales del organismo.
Un profesor de esta Facultad, Conde Andreu (1.931), uno de los primeros naturistas españoles, nos recuerda que para obtener una nueva visión del organismo tenemos que convencernos de que la anatomía y fisiología la hemos de contemplar desde otros puntos de vista que los que actualmente manejamos en medicina. Nos dice "En el organismo, cada función influye en todas las demás y depende de todas las demás. La actividad vital es un proceso continuo; he aquí el principio de la unidad funcional".
Unos años antes de este discurso de Conde Andreu, en 1.929, Canon había propuesto su teoría de mecanismos de homeostasis como "la tendencia a equilibrar el medio interno con independencia del exterior".
Las constantes que mantienen los organismo vivos no son estáticas, sino estados de equilibrio dinámico, por cuanto los seres vivos son sistemas abiertos, sometidos a intercambios continuos de materia y energía con el medio externo, que tienden a alterar el valor de las constantes. Con esto, ROSEMBUETH A. (1,963) abre la fisiología humana y el estudio del organismo a la teoría general de sistemas. Nuestro cuerpo mantiene sus constantes con un equilibrio interno que a su vez depende del equilibrio externo.
La teoría general de sistemas sigue encajando hoy día en la explicación de lo que sería la vis medicatrix romántica (Casado Martín, 1.985).
El organismo constituye un sistema a nivel de organización propio, integrado por subsistemas (células, tejidos, órganos, aparatos o sistemas de órganos) con un comportamiento global que no se explica por la suma de las partes.
El proceso de curación o vis medicatrix coincide en este caso con la autopreservación equifinal de Bertalanffy (1.979); los seres vivos son sistemas semiabiertos pero dotados de dispositivos de autocontrol que le dan estabilidad o capacidad de volver al estado estable ante una perturbación.
De estos dos razonamientos, podemos derivar :
1) Respecto a la individualidad, cada ser humano es único en su constitución somática y psíquica, o que formaría un sistema de identidad propio, formado a su vez por otros sistemas inmunológico, genético, endocrino, termorregulador, conductual.
2) Inseparabilidad del hombre de su medio ambiente, por tanto, el medio ambiente y la conducta humana son parte del equilibrio de este sistema. Sobre todo el mundo microbiologico que nos rodea como parte de ese equilibrio.
Con esta base, el concepto de la vis medicatrix entra de lleno en el concepto actual de salud.
Los síntomas de la enfermedad se presentan con reacciones orgánicas que intentan restaurar un equilibrio perdido a todos los niveles.
Conocer a fondo los signos y síntomas, las reacciones orgánicas, la biología, fisiología, patología general y, en general, los mecanismos de la salud y enfermedad.
Las reacciones que los medios, plantas, medicamentos, tienen en el cuerpo, en la salud y en la enfermedad, por supuesto que nos van a ayudar a ser mejores médicos; conocer y respetar un mecanismo o la yatrogenia de nuestra intervención, nos puede hacer tomar una u otra actitud ante el enfermo.
No se trata de confiar en una vis medicatrix mágica y desconocida, sino que se trata de confiar en lo que conocemos e intentar descubrir o aprender lo que desconocemos y, ante el desconocimiento, actuar con humildad y respeto ante el enfermo y ante los que pueden saber más que nosotros (que nos lo tendrán que demostrar convenciéndonos racionalmente, enseñándonos).
Ejemplos de autorregulación:
- El pecho de la madre adaptándose a las necesidades vitales del niño.
- Todos los mecanismos de regulación interna e interna-externa dependen del factor tiempo.
- Adaptación del cuerpo al esfuerzo, a la profundidad, a la altura.
- Adaptación de la piel a la luz solar.
- Osificación después de una fractura.
- La capacidad de adaptación del ojo humano.
- Adaptación al frío o al calor: termorregulación-fiebre (Xabier Uriarte, 1.992)
- Mecanismos contra infección: fiebre, astenia, anorexia, aumento de las secreciones mucosas, tos, vómito, diarrea.
- El dolor, la impotencia funcional.
- El efecto placebo, mecanismos endorfinas.
- Las benzodiazepinas naturales.
Ante todo esto surge cómo conocer y poner en marcha estos mecanismos de autorregulación, cómo entrenarlos y aumentar su capacidad.
La terapia naturista va a tener una función importante siempre que intentemos técnicas que ayuden a estos mecanismos autorreguladores o técnicas de higiene de vida y costumbres que mantienen en buen estado la capacidad vital de nuestro organismo o del organismo de nuestro paciente.
Por ello vamos a diseñar lo que serían: hábitos saludables para el individuo: ejercicio, alimentación, reposo adecuado, contacto con los elementos naturales; todas las actitudes que favorezcan la capacidad de nuestro cuerpo de responder ante modificaciones que se le presenten, es decir, la capacidad de responder ante la enfermedad.
Dice el Dr. Eduardo ALFONSO (1.939):
"No hay verdaderas funciones patológicas, sino que cuantos mecanismos y fenómenos se observan en la enfermedad tienen su representación en el estado de salud, variando sólo el ritmo o la intensidad con que se producen. Hay que emplear como medios terapéuticos los mismos que sostienen las funciones normales del organismo.
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