5
min
Una
o dos veces al dìa
Privacidad
Acompañante si no es posible grabar el texto
Nivel
intermedio
Resultados
probados y comprobados
Grabación
requerida
Objetivo:
eliminar verrugas, granos, etc., mediante la sugestión.
Está
comprobado que 70% de las verrugas pueden ser eliminadas por medio de
la terapia de sugestión. Cuanto más profundice la persona en el
trance, más rápido se librará de ellas. La aparición de verrugas
y similares tiene varias explicaciones psicosomáticas.
Algunas
personas las producen por estrés, otras por miedo a enfrentarse a
alguna situación, por alguna experiencia traumática, por disgusto o
descontento, aunque cada caso es individual.
Aquí
encontrarás un ejercicio de estado de trance para que elimines tus
verrugas. Los resultados realmente son sorprendentes. Muchas personas
logran su desaparición en una sesión, a otros les toma más tiempo.
Esto depende de qué tan fuerte es la creencia sobre la posibilidad
de desaparecerlas.
Graba
o pide a alguien que te lea el siguiente texto:
1. Relájate y ponte cómodo. Toma tu tiempo hasta encontrar una postura en la que te sientas perfectamente cómodo. Cierra los ojos y deja tus preocupaciones y pendientes en el piso por este momento. Relájate.
2. Libérate de todo lo que ocupa tu mente y déjate llevar por este ejercicio. Respira profundamente y relájate más para iniciar este ejercicio que es beneficioso para ti. Imagina tu (o tus) verruga(s) (o granos o barros). Trata de recordar cuándo fue la primera vez que aparecieron. Sigue con la relajación y respira tranquilamente. Ve el tamaño y ubicación de tu(s) verruga(s) (o granos o barros) y da la orden: ―Quiero que se hagan más pequeños, muy pequeños, tan pequeños que apenas las pueda ver. Son ya tan pequeños que desaparecen‖.
3. Ves tu piel lisa, limpia. Estás libre de ellos para siempre, te sientes bien. Las verrugas (o granos o barros) se hacen pequeños hasta desaparecer. Esto es bueno para ti. De ahora en adelante estás protegido y nunca más regresarán.
4. Sigue con tu respiración tranquila y profunda. Agradece a tu mente lo que hace por ti. Déjala actuar por ti. Te sorprenderás cuando veas tu piel limpia y libre de verrugas (o granos o barros). Dejaron de ser parte de tu vida. Toma contacto con tu respiración, date cuenta de dónde estás en este momento, tu postura, mueve lentamente el cuello, las manos, y con otra respiración, abre los ojos y regresa al aquí y ahora.
1. Relájate y ponte cómodo. Toma tu tiempo hasta encontrar una postura en la que te sientas perfectamente cómodo. Cierra los ojos y deja tus preocupaciones y pendientes en el piso por este momento. Relájate.
2. Libérate de todo lo que ocupa tu mente y déjate llevar por este ejercicio. Respira profundamente y relájate más para iniciar este ejercicio que es beneficioso para ti. Imagina tu (o tus) verruga(s) (o granos o barros). Trata de recordar cuándo fue la primera vez que aparecieron. Sigue con la relajación y respira tranquilamente. Ve el tamaño y ubicación de tu(s) verruga(s) (o granos o barros) y da la orden: ―Quiero que se hagan más pequeños, muy pequeños, tan pequeños que apenas las pueda ver. Son ya tan pequeños que desaparecen‖.
3. Ves tu piel lisa, limpia. Estás libre de ellos para siempre, te sientes bien. Las verrugas (o granos o barros) se hacen pequeños hasta desaparecer. Esto es bueno para ti. De ahora en adelante estás protegido y nunca más regresarán.
4. Sigue con tu respiración tranquila y profunda. Agradece a tu mente lo que hace por ti. Déjala actuar por ti. Te sorprenderás cuando veas tu piel limpia y libre de verrugas (o granos o barros). Dejaron de ser parte de tu vida. Toma contacto con tu respiración, date cuenta de dónde estás en este momento, tu postura, mueve lentamente el cuello, las manos, y con otra respiración, abre los ojos y regresa al aquí y ahora.
Consejos:
este ejercicio puedes hacerlo tantas veces como quieras, hasta que
cedan las verrugas, granos o barros. Lo puedes hacer sentado o
acostado. Las personas se concentran mejor con los ojos cerrados. Es
un viaje agradable y con excelentes resultados. Algunas personas son
más susceptibles a la sugestión y a otras les cuesta un poco más
de trabajo entrar en ella. Si no lo logras la primera vez, no hay
problema, repítelo hasta que logres esta conexión con la parte de
tu mente que hará los cambios. Te llevarás una grata sorpresa.
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